miércoles, 13 de noviembre de 2013





LOS CAMINOS DEL CORAZÓN  NUNCA DESAPARECEN.



Tenía miedo de perder los recuerdos y aunque sabía que iban celosamente guardados, necesitaba descubrir que  no habían desaparecido. Retrocedió en el tiempo, y disimuló al ver el calendario. Recorrió las sombrías calles que sin la luz del sol, aun parecían más bellas. El brillo que en  suelo empedrado había dejado  la tormenta, reflejaba cada uno de sus pasos. Sintió que la humedad entre muros y edificios, estremecía su cuerpo,  su mente quiso aceptar está explicación, al darse cuenta de que estaba temblando, para no mordisquear su corazón con la duda de si él aun estaría también guardado. Le llegaron los olores de las chimeneas o tal vez fueran aquellos que ambientaban su recuerdo, quizá ni siquiera existieran fuegos encendidos, aun no había llegado el invierno, y aunque el otoño estaba siendo frio, en los hogares y locales aun se conservaba el calor del verano. Nadie había por la calle, nadie excepto los gatos en busca de sombras donde sus ojos no fueras descubiertos y poder caminar noctámbulos. Satisfecha comprobó que no le había costado llegar y  vio entonces la luz a través de los cristales, una luz de fósforo caliente, de llama prendida y atravesando la luz una sombra, una figura silenciosa sin apenas movimiento, reconoció la sombra y la figura y supo entonces que no le había olvidado, que todo estaba en su sitio,  las imágenes continuaban  ahí,  sin haberse alejado  a pesar del tiempo y la distancia,y supo también que ahora que conocía bien el camino, de vez en cuando retrocedería   a otros momentos  para irle a buscar y que de está forma jamas , el tiempo anterior dejaría de existir.

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