martes, 9 de octubre de 2012







CONDENADO

Con un fuerte golpe de maza, el juez dio por terminado el juicio. Ahora,  el acusado debería esperar  la sentencia. Durante esos días de incertidumbre, él, anduvo por las  nubes y  cuando se dio  cuenta de lo que estaba sucediendo  sospechó   que le declararían culpable y le pondrían una condena con la intención de hacerle     más sensato, y que bajara a la tierra. Y así fue. Le expulsaron de su casa y tuvo que arreglársela solo en su nuevo destino. Una vez allí, lo primero que debía  hacer era encontrar un banco para cambiar las últimas tres  monedas  que le quedaban.
Anduvo varias horas entre las calles de su nuevo hogar y le fue imposible encontrar un banco como el que necesitaba. Comenzó a impacientarse y pensó que en esa desesperación también estaba la penitencia. Y todo por una gamberrada angelical.  ¿Cómo encontraría un banco de buenas acciones donde cambiar sus tres estrellas? ¿Por qué se le ocurriría cortarle las alas a Gabriel para ver si le crecían de nuevo? Él no sabía nada de los hombres. Pobre ángel, vivir en la tierra no iba a serle nada fácil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario